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En el oscuro purgatorio
Torturaba su tristeza
Buscando en el silencio
Su vida con anhelo.
Lamentaba sus angustias
Con efímera voz implacable
Gritaba
Destrozando el silencio,
En el fondo de sus cimientos.
Odiándose
De no encontrar la salida
Apuñalaba
Sus gritos con amargura.
Dándole fin a su tormento, tormento
Su brillo se engrumeció en
Sangre
Y cayó en el abismo, en el abismo de la noche.
Y es hoy un vestigio perdido
El cual lleva su nombre.
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